La historia, muy resumida, de una tortuga de espolones africana que alguien abandonó en una acequia de Beniaján, en plena huerta de Murcia. El quelonio, de unos cinco kilos de peso, fue localizado el 17 de junio en un cauce de riego.
FOTO: ALFONSO DURÁN
Evidentemente, no era un galápago, así que el
animal fue trasladado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre El Valle,
donde fue identificado como un ejemplar de 'Geochelone sulcata'.
Pero la tortuga fue remitida al centro municipal de zoonosis (el CFRS no se
puede hacer cargo de ella porque se trata de una especie alóctona), donde
recibió tratamiento veterinario y se decidió su cesión al Parque Terra Natura,
que ya cuenta con dos machos de esta especie.
Una especie amenazada, por cierto; originaria del norte de África, también
ocupaba el Sahel (borde sur del desierto del Sahara, un franja de más de 5.000
kilómetros que atraviesa el continente de este a oeste), pero ahora apenas sobrevive en parques nacionales y reservas de fauna.
Cada vez hay menos por la
destrucción de su hábitat a causa de la urbanización progresiva, el avance de
la agricultura y también la desertificación (¿os suena?), junto con la
persecución directa para comérsela o elaborar preparados de medicina
tradicional.
¿De dónde salió la 'Sulcata' encontrada en Beniaján?.
Con toda seguridad, fue
abandonada por algún desaprensivo que se cansó de su mascota. Porque,
efectivamente, estas tortugas se pueden tener en cautividad siempre que se
acredite mediante el certificado CITES correspondiente que su procedencia es
legal.
Si
ya es censurable abandonar a su suerte cualquier animal, liberar una especie
exótica es un acto mucho más grave por su afección a la fauna autóctona y los
ecosistemas. Además de un delito.
Noticia de: MIGUEL ÁNGEL
RUIZ
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